viernes, 7 de marzo de 2008
Crítica: Mystical Ninja Starring Goemon
Quizá el nombre de Ganbare Goemon no signifique mucho aquí en occidente, pero en el país del Sol Naciente la saga protagonizada por el ninja de Konami tiene muchos seguidores y cuenta con un extenso currículum de juegos que tocan desde NES hasta Nintendo DS, pasando incluso por la gris de Sony, con cuatro juegos en su haber. De todos ellos, únicamente Mystical Ninja Starring Goemon y su segunda parte, ambos para N64, llegaron a Europa, consiguiendo el primero de ellos hacerse un importante y personal hueco dentro del grandioso catálogo de la "ultra".
Diez años se han cumplido ya del aterrizaje de Goemon y su universo en estas tierras; suficiente tiempo como para valorar, aun más, la incursión del olvidado ninja en un mercado que no era de recibo y en el que, pese a la idiosincrasia eminentemente japonesa del juego, éste consiguió unas críticas más que favorables. Y cuando un ninja de pelo lila y de facciones cute debe competir con el lanzamiento de un titán de la talla de Ocarina of time y, además, consigue levantar elogios de los más escépticos es que de verdad es acreedor de un buen tributo.
Pero no estamos aquí para hacer tributos, al menos por ahora, porque Mystical Ninja es un juego que se mantiene joven tanto jugablemente como gráficamente y para mí es un modelo de action rpg que debería pervivir en la memoria del jugador para siempre. Porque no todos los días vemos como una compañía tiene la osadía de crear un mundo de ambientación feudal salpicado con estrambóticas formas de la cultura oriental, sobre el cual se abate una nave espacial cargada de extraterrestres-shoguns para secuestrar a la princesa de turno. Y es que la propuesta de Mystical Ninja no puede ser más cautivadora, iniciando una aventura que nos llevará a través de los templos y castillos japoneses clásicos hasta el mismísimo espacio, y todo con un sentido del humor que nace de los mismos personajes, desde Goemon, pasando por el rollizo Ebisumaru y sus aires de ladrón mimoso, hasta el ninja robótico Sasuke, pequeño pero hartamente matón.
Además, si hay que destacar algo del juego es su exquisita fluidez en la gestión de los entornos, llegando a competir de tú a tú tranquilamente con una vaca sagrada de la época como fue Mario 64, en cuanto a potencia bruta. Y en el horizonte todavía resuenan con viveza aquellas simpáticas melodías cantadas de corte folclórico japo que a buen seguro tararearon muchos en aquellos tiempos, porque la banda sonora de Mystical Ninja es de las que no se olvidan. Pegadiza y cansina, a veces, pero efectiva y muy convincente en su mayor parte. En definitiva, sobresaliente en este apartado.
Antes de irme, no quería terminar el texto sin hacer alusión a uno de los elementos que más me sorprendió y agradó de Goemon en su momento, que son los apasionantes combates que nos marcábamos a bordo del robot Impact en determinados momentos del juego, abandonando todo toque rolero para dar paso truculentas batallas a lo Blast Corps. Con una perspectiva en primera persona, y con la determinación de emular a Mazinguer Z, debíamos destruir a los robots especiales de los Shoguns del monte melocotón sumergiéndonos en la cabeza del citado gigante de hierro y haciendo uso del arsenal que el bien hallado otorgaba al jugador. Eran duelos presididos por una excepcional música de tintes épicos que nos situaba plenamente en una lucha de autómatas "kabuki" en los que la técnica primaba por encima de todo lo demás, consiguiendo unas transiciones muy resultantes entre algunos episodios de la aventura principal.
Por último, comentar que la segunda parte de Mystical Ninja para N64 no le llegó ni a la cintura a su predecesor ya que dio prioridad al multiplayer, convirtiendo el original rpg en un 2d pasapantallas con poca ambición y con un planteamiento tan simple que, habiendo probado su primera entrega, se antojó insuficiente para un servidor. De todas formas, actualmente hay que recordar el juego de Konami como lo que fue; un grande entre los mediáticos que pasó bastante desapercibido pero que, aunque algunos lo pretendan obviar, destila calidad por los cuatro costados. Se mire por donde se mire.
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2 comentarios:
e akí uno de mis títulos platónicos (es decir, sabía ka existía, keria jugarlo, pero nunca lo hice XD)
3 cuartos de lo mismo me pasó con el Rocket Knights Adventure de Snes...
Si algo ha tenido Goemon en sus tres entregas de SNES es que todas eran distintas entre si, eran juegos con conceptos totalmente distintos que lo único que compartian era un mismo nombre y protagonistas comunes.
De todas maneras, siempre ha sido divertido este juego.
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