sábado, 19 de enero de 2008

El dinero es lo primero


Why waste good technology on science and medicine? esto es lo que debe pensar más de un empresario hambriento de dinero al ver las cotas de beneficios que alcanza la industria del videojuego año tras año. No es de extrañar, pues, que cada generación de consolas esté enclaustrada dentro de un marco temporal previamente definido, al tiempo que los peces gordos presentan nuevos modelos de producción que sean competentes en el futuro. Porque el ocio funciona así, y el electrónico no es una excepción, más bien todo lo contrario. Cuando una consola X sale a la venta, la compañía de marras invierte dinero, no sólo en la explotación del nuevo "juguete", sino en el que le relevará años más tarde. Es la ley de la jungla, la supervivencia en un modelo capitalista donde las leyes de mercado mandan. Si no te adaptas al mercado mueres, así ha pasado hasta ahora y continuará pasando. La experimentación tiene mucha importancia en el proceso, y si no que se lo digan a Nintendo, que en esta generación ha dado con la "gallina de los huevos de oro", frente a las importantes inversiones tecnológicas de Sony y Microsoft por lanzar la máquina más potente a la venta. La confrontación PSP vs NDS revela la misma situación en el estadio portátil. La negra de Sony es todo un puntal tecnológico, con unas posibilidades que hace años, cuando todavía jugábamos con un Dick Tracy de contornos verdosos en Game Boy, se nos antojaba imposible, pero la doble plantalla de Nintendo cuenta con el elixir de la jugabilidad, una pantalla táctil, un catálogo de aúpa, casual games para dar y vender y, lo más importante, un concepto de juego que sí encaja con una portátil ( a diferencia de psp, que se aproxima más al modelo de sobremesa en cuanto a juegos).

Por cierto, hace poco Microsoft anunciaba que ya está trabajando en una importante franquicia para la sustitua de Xbox 360, cuando hay muchísima gente que se acaba de hacer con la consola y miles y miles de personas que se harán con ella en los próximos años. Pero ahí es donde íbamos a parar; estamos dentro de una rueda, un ciclo consumista del cual no podemos escapar y sobre el cual se sustenta la industria. Qué nos llamen "presa fácil del modelo económico", pero si no nos quejamos será por algo. Quizá, que nos maravillen con nuevas propuestas y posibilidades es lo que, a la vez, mantiene vivo el espíritu de seguir jugando a los videojuegos.

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