martes, 18 de diciembre de 2007
Wild Wild West
Y hoy un post para la posteridad, valga la semiredundancia. Dedicado, como no podía ser de otra forma, al Sunset Riders, una de las mejores experiencias que recuerdo de mis inicios como videojugador. Este arcade de Konami que fue lanzado originalmente para recreativas en 1991, nos situaba en el salvaje oeste americano y nos ponía en la piel de cuatro cowboys con malas pulgas, Cormano, Steve, Bill y Bob, los cuales se abrían paso a balazos por un total de 8 niveles, en los que estos carismáticos personajes debían encontrar a los forajidos más buscados del lugar bajo el mensaje de "reward: dead or alive".
En 1992 el juego fue adaptado a Mega Drive, donde el plantel de personajes se vio reducido a 2, pero conservó el modo cooperativo que tan buenos momentos dio en recreativa. El juego destacaba por un ritmo alto, disparos a tutiplén, posibilidad de mejorar las armas y mucha, mucha diversión al ser jugado en compañía. El mimo por sumergirnos en el oeste americano se notaba en cada melodía que nos acompañaba durante las batidas y en unos gráficos muy cuidados y vistosos. Un año más tarde, en 1993, fue SNES la que acogió una nueva adaptación de la recreativa, siendo incluso más fiel a ésta que la versión aparecida en Mega Drive.
Uno de los puntos fuertes de Sunset Riders, a parte de los bosses (tremendos), eran los pequeños detalles que llenaban de vida el entorno, tales como una huida in extremis de una estampida de búfalos, niveles a lomos de un caballo y los tan añorados bonus.
En definitiva, uno de aquellos juegos con sello "old school", de mucha calidad y al que nunca negaría una partida por mucha next gen que tengamos entre las manos.
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